miércoles, 22 de junio de 2011

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)

UNA CORONA COFRADE Y ROCIERA.

Es la Corona de la Virgen, un elemento muy antiguo, pues ya viene representada sobre la testa de la Madre de Dios desde el arte Bizantino. Continúa esta consideración como Reina en la Edad Media española, siendo el conocido como corona imperial el modelo que lucen las dolorosas procesionales, datables allá desde el s.XVI.

Por su parte, Juan de Arfe y Villafañe (León, 1535-Madrid, 1603) fue un conocido orfebre que perteneció a una saga con gran tradición orfebre de origenes germanos,pues el apellido «Arfe» deriva de la localidad alemana de Harff, de donde procedía la familia. Las obras de este orfebre son consideradas la cumbre de la orfebrería española, y a su autor se le ha denominado el Cellini español.

Entre su prolífica obra, muy vinculada a Sevilla, destacan una serie de custodias catedralicias y procesionales, si bien cinceló varias preseas entre las que destaca una corona que es el motivo de este escrito, la corona de la Inmaculada Grande de la Catedral de Sevilla,imagen gubiada por Felipe de Ribas.


Por otro lado, la corona de la sevillana Virgen del Valle, excelsa titular de la hermandad homónima, es realizada por la Joyería de M.Franco en 1921, inspirada en dos magnificas piezas ya existentes: la citada corona de Arfe de la Inmaculada Concepción Grande de la Catedral de Sevilla, situada en la cabecera del templo metropolitano, y la corona de la Inmaculada de la Sacristía Mayor del mismo templo catedralicio.

Ambas piezas pertenecen a los modelos de fines del s. XVII o comienzos del s. XVIII, si bien conjugan elementos de tradición manierista. Desgraciadamente, se encuentran sin marca debido a que el siglo XVII y los comienzos del siglo XVIII, eran épocas donde los artífices de estas obras no marcaban sus piezas debido según algunas hipótesis, al alto precio de derechos de marcador que pasaron a comienzos del siglo XVII de 4 a 12 maravedís.
Esta corona de 1921, sirvió de referente para la de su Coronación canónica en 2003.

Aparte de las vírgenes de Gloria como el Amparo, existen ejemplos notorios aunque con variantes de este tipo de preseas, como las que poseen Santa Ana y la Virgen, obra del platero hispalense Ignacio de Villar en 1691, del conjunto escultórico de la Parroquia trianera a la que da nombre la primera.

Digna de mención es la áurea corona de la Virgen del Rocío, la llamada Blanca Paloma y augusta patrona de la villa onubense de Almonte, que es también con ciertas modificaciones copia de la de Arfe a propuesta del canónigo Muñóz y Pavón.

La Comisión de la Coronación rociera acordó confiar el trabajo al platero del Cabildo Catedral hispalense, Ricardo Espinosa de los Monteros en 1919. Esta corona es de oro macizo, obtenido de la fundición de las monedas y joyas ofrecidas. Pesa, como recogió Juan Infante-Galán en la obra “Rocío.

La devoción mariana de Andalucía”, 88 onzas, que equivalen a más de dos kilos y medio de oro. Lleva montados 240 brillantes de muy diverso tamaño, 14 esmeraldas, 38 rubíes, tres topacios, cinco perlas grandes y gran número de diamantes y perlas pequeñas.

Por su parte, la corona de oro para el Niño Jesús, al igual que la famosa salamanquesa, fue donada por Don Ignacio Cepeda Soldán, Marqués de la Palma y camarero de honor Ntro. Padre Jesús del Silencio, de la sevillana cofradía de la Amargura. Fue labrada por el joyero José de los Reyes Cantueso.

Volviendo a lo cofrade, finalmente añadir, que esta corona de la dolorosa del Valle, es de las primeras que incorporan el detalle de rematarse por estrellas, elementos de claros tintes apocalípticos y reservados para las tallas de gloria desde antiguo, y que la Macarena, cómo no, fue la pionera en añadirlas a la corona de oro de una Dolorosa por Joyería Reyes allá por 1913.

2 comentarios:

Arnido, Arte y Restauración dijo...

Gran artículo, como siempre. Felicidades porque es interesantísimo. De otra parte, en Sevilla hay otra Corona que sigue la línea de la del Valle y que es anterior a ésta, guardando una relación muy íntima con la Virgen del Valle. Se trata de la presea de la Virgen del Carmen del Santo Angel, la que preside el Altar Mayor, obra documentada de Cristóbal Ramos, y de un tamaño superior al natural, el llamado colosal. Esta Corona la encargan los frailes carmelitas con anterioridad al Valle y es precisamente por esta circunstancia que la Hdad. decide encargar una igual. Investiga esta línea porque no tiene desperdicio la historia.

Juan Fdez. dijo...

Muchas gracias Antonio por tus palabras.Y no menos magnifica tu aportación acerca de la corona,interesantísima.Tomo nota.

Un saludo.