


Aparte de este significativo culto, visitamos varios templos y pudimos disfrutar con los trabajos de los priostes de distintas cofradías. Destacable el ambiente que se vivía en los alrededores de la plaza de San Lorenzo y más concretamente en las puertas de la Basílica del Gran Poder para el besamano del Virgen del Mayor Dolor y Trapaso. En la recogida sede de los Panaderos estaba en pesapié el Señor del Soberano Poder en su Prendimiento, dejando constancia de la que puede ser una de las últimas veces que veamos al Señor con la túnica juanmanuelina, ya que debido a su deterioro se va a realizar una réplica recuperando su dibujo original. La Hermanda de Santa Marta celebraba el quinario a su titular cristífero. Un altar montado con gran maestría y elegancía que caracteriza a esta corporación del Lunes Santo.
Al final de la tarde, nos adentramos en las entrañas de la Hermandad de Montesión gracias a la Exposición que se desarrolló en el Círculo Mercantil, sito en la calle Sierpes. En esta muestra pudimos encontrar desde numerosas obras pictóricas, hasta los más valiosos enseres de la Cofradía de la calle Feria.


Para terminar la jornada, nos trasladamos al barrio del Arenal a disfrutar de los traslados del Cristo de la Salud de la Carretería y de la Piedad del Baratillo. Sendos traslados motivados por las reducidas dimensiones de ambas capillas para la realización de sus cultos.
Sin duda un maravilloso comienzo de Cuaresma, en el que se me queda en la retina la categoría, majestuosidad y, a la vez, serenidad que rodea al Cristo del Amor.
Fotos: Tras el Altar y Julio Domínguez Arjona