martes, 15 de diciembre de 2009

IV Domingo de ADVIENTO


Escuchemos el anuncio gozoso de la liturgia de todo este Tiempo de Adviento: El Señor nace y viene.

Recibámosle en la posada limpia de nuestro corazón.

Bendita eres María entre las mujeres.
Bendito el fruto de tu vientre.
Bendita eres porque has creído.

A través de María, Dios se hizo presente en el mundo.

Nosotros, los creyentes, estamos llamados, como María, a albergar la presencia divina de Dios en nuestros corazones.


Miqueas 5, 1-4a.
Salmo 79.
Hebreos 10, 5-10.
Lucas 3, 39 –45.

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