lunes, 12 de marzo de 2012

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)


EL PAJE DE LA VERACRUZ.

Es la de la Vera Cruz una hermandad desconocida para el gran público. Incluso para muchos cofrades. Es corporación exquisita en sus formas, conservadora de las más clásicas maneras cofradieras y poseedora de una elegancia natural que se transmite con sencillez.

Pero hoy vamos a reparar en uno de esos detalles imperceptibles que sólo están al alcance de los verdaderos observadores del transcurrir del cortejo cofradiero. De todos es sabido que,cuando una cofradía de ruán o de cola sale a la calle, sus nazarenos no alzan sus cirios hasta que el Titular cruza el dintel de la puerta. Y esto es así,porque el propósito de suspender en alto la luz, es la de ofrecer la misma al Cristo y La Virgen.

Este hecho es comunicado a los nazarenos de diferentes y discretas maneras por las cofradías, pero de modo muy particular y señero por la de la Vera Cruz. Sin aspavientos,sin gestos,sin alaracas. Cuando el Crucificado o la Dolorosa de esta ejemplar cofradía franciscana están fuera del templo, un paje cruza impertérrito las filas con el propósito de situarse en la Cruz de Guía. Los tramos, al verlo entienden el mensaje:levantar los cirios, pues la figura del niño comunica la obligatoriedad de iluminar el caminar de las Imágenes.

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