martes, 21 de septiembre de 2010

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)

LOS ANTIGUOS BORDADOS DE LA VIRGEN DE REGLA.

Hoy, ante la proximidad de su Coronación Canónica, traigo a colación otro claro ejemplo de esas piezas de bordado de las que se han desprendido increíblemente las cofradias sevillanas. En este caso, el magnífico conjunto de palio y manto que Juan Manuel Rodríguez Ojeda ejecutara para la titular de la Hermandad de Los Panaderos, la Vigen de Regla.

Este conjunto perteneció inicialmente a la cofradía de la calle Orfila, que acordó en 1898 con Rodríguez Ojeda la elaboración de un palio, un manto y una saya color granate para la Virgen de Regla. El bordador sevillano acepta dicho encargo en plena eclosión de su talento, tras recibir el aplauso general por el diseño del palio negro de la Macarena, actualmente en poder de la Hermandad de la Estrella, y del nuevo "ropaje" de los armaos, uniformes con un aspecto romántico entrañable concebido en 1897.

Sin embargo, la Hermandad de los Panaderos decide prescindir de este conjunto sólo unos años después, y enfrascarse en el nuevo diseño inspirado en la cerámica trianera que realiza Ignacio Gómez Millán y bordara Victoria Caro en 1930. Esta resolución coincide con la propuesta de la Hermandad de la Soledad de Cantillana de adquirir un nuevo manto para la Dolorosa.

Los resultados de las gestiones abiertas no se demorarían excesivamente en el tiempo, pues adquieren en 1929 dicho conjunto,cuyo coste asciende a nueve mil pesetas, pagaderas dos mil en el acto de retirar dichos objetos, dos mil el 30 de octubre, cuatro mil el 30 de diciembre del año actual, y mil durante el año de mil novecientos treinta.

El manto ya sufrió entonces las primeras modificaciones. Los bordados originales se pasaron a terciopelo negro, abandonando así definitivamente el color granate que lució para la Virgen de Regla. La Hermandad de la Soledad confió estas modificaciones a las monjas del convento de las Adoratrices de Sevilla.

Es el manto una pieza realizada en terciopelo negro con decoración bordada en hilo metálico dorado y seda de colores, con unas dimensiones de 400x500 cm, diseño de Juan Manuel Rodríguez Ojeda y realizado en sus talleres entre los años de 1898-1900. Haciendo un análisis morfológico-estilístico de la pieza, podemos decir que la composición de la obra es simétrica y bilateral, parte de un eje central a modo de "candilleri" plateresco, que se extiende de forma radial por toda la superficie del manto. La ornamentación se compone de una serie de tallos en forma de roleos de acanto de gran volumen, que se entrelazan con hojas de colores y jarrones de flores y frutos. Así mismo existen una serie de lazos entrecruzados y hojas de hilo de giraspe en colores grises, plata y rojizos o bermellón. Las hojas y los lazos -en su mayoría- están ejecutadas por setillos, ajedrezados, ondas con inserciones de hojillas en sus vértices y hojas con nervios de lentejuelas engarzadas con canutillo trenzado. Existen hojas con técnica de cartulina, bodoques de chapas y lentejuelas en la parte inferior.

En cuanto al palio, todo el conjunto es de terciopelo negro, bordado en oro, realizado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1894, los motivos ornamentales siguen el estilo decimonónico, figura en frente dos tondos con escudos y sobre ambos la corona real. El interior sigue el mismo estilo. El techo también es de Juan Manuel Rodríguez Ojeda teniendo en el centro un óvalo como gloria,concrétamente la Paloma y las estrellas de plata del antiguo palio. Este palio tiene gran valor histórico-artístico, pues es uno de los primeros que bordara Juan Manuel tras el palio negro de la Esperanza Macarena que fue la causa de la gran revolución de la semana Santa Sevillana y daría lugar a lo que paso a llamarse estilo "Juanmanuelino".

Hoy en día, el único vestigio que quedan de tan fabulosas prendas,reside en el azulejo ubicado en la propia capilla panadera, obra de Antonio Kiernan de 1929 y donde la imagen aparece enmarcada por una hornacina simulada, que copia, en líneas generales, la utilizada por el tío del autor Pérez de Tudela, en 1912, al realizar el retablo del Gran Poder. La Virgen lleva al parecer,el manto procesional bordado en 1898 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, si bien el profesor Roda Peña indica que puede que se trate de uno de camarín ya desaparecido.

En definitiva,otro caso claro de las obras que dejaron ir las hermandades sevillanas en cuanto a bordaduras y que no debieron salir al menos de la ciudad.


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