martes, 29 de diciembre de 2009

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)

LA CORONACIÓN DE ESPINAS Y LA EPIFANIA DE LOS MAGOS.

La imagen del Cristo de la Coronación de Espinas,titular cristífero de la señorial Archicofradía del Valle,obra del malagueño Agustín de Perea en 1687,y donada por el mayordomo de la misma,Toribio Martínez de Huertas,basa sus rasgos estilísticos en el grabado de La Gran Pasión que realizase Alberto Durero y que tanto influjo tuvo en los artístas contemporáneos y posteriores.Esta imagen,procesionó sola,hasta que primeramente Joaquín Bilbao y José Ordoñez le componen un primer misterio en 1910,eliminado con el estreno de la nueva canastilla rocalla de 1918,si bien no es hasta 1922 cuando Bilbao,autor entre otros del San Fernando de la plaza Nueva de Sevilla, le labra meritísimamente el conjunto actual de imágenes secundarias,siendo el importe 25.000 pts. Joaquín Bilbao,hermano del célebre pintor Gonzalo Bilbao,fue un escultor de sólida formación e intelectualidad,nacido en el seno de una familia pudiente de la Sevilla de entonces,lo que le permite tener contacto con las vanguardias europeas de la época y transmitirlas a sus creaciones.La escena bebe de la disposición piramidal de dos obras de Tiziano sobre el tema y actualmente conservadas en el Louvre de París y la Alte Pinakotheke de Munich,así como los valientes escorzos de los sayones,los cuáles ofrecen un maravilloso golpe de vista desde cualquier perspectiva.Incluso contemplados desde la trasera ofrecen un gran dramatismo,al fundirse la silueta sangrante del Señor con los esbirros que lo hieren.

Estas obras del pintor italiano son,de un lado “El Cristo Coronado de Espinas”,un lienzo para la iglesia de Santa Maria delle Grazie de Milán,que Tiziano realizó entre 1540-41,encargada por la Cofradía de la Santa Corona.(Louvre)Y por otro,una misma escena pintada veinticuatro años más tarde a la anterior,con la eliminación del soldado con casco del segundo término e introduce un joven en primer plano un haz de varas.(Munich)

Para finalizar,y ya que estamos en fechas navideñas,una pequeña curiosidad que apunta el profesor Hdez Díaz.El profundo simbolísmo de este paso,que destaca por representar una auténtica Teofanía o Epifanía,es decir,un paralelismo con la adoración de Los Magos,pero siendo aquí cruenta y realizada por viles sayones.



Fotos: rafaes.com

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