martes, 13 de octubre de 2009

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)

LA O, LA COFRADÍA SEÑORIAL DE TRIANA

En esta nueva entrega, os traigo a colación, la que para muchos es casi una desconocida, y para mí una de mis predilectas cofradías trianeras, La O.

Vamos por partes. Es una cofradía antiquísima, de mediados del XVI, y en su época tenía entre sus filas a personajes notables y pudientes del barrio. Sólo hay que darse cuenta cuál es su collación. Ha sido la primera hermandad trianera que acudió a hacer penitencia a la Catedral en 1830 atravesando el puente de Barcas de madrugada. En 1853 se recibe como hermana a la duquesa de Montpensier Luisa Fernanda de Borbón.

En la Guerra Civil, el Nazareno roldanesco quedó mutilado a hachazos y la antigua Virgen de la O (de la Roldana) destrozada. Esta última la tienen guardada en la hermandad. Ha sufrido innumerables pérdidas en su patrimonio, fruto de la guerra, el mal uso o la venta incomprensible. Aún así, resuman cada tarde de Viernes Santo un aroma especial de distinción de los mejores tiempos.

Es por ello, cuando escucho algún comentario altisonante o desmerecedor respecto a esta corporación, en referencia a sus vecinas, siempre digo lo mismo, "La O, el señorío de Triana".

Podemos ver la maravillosa túnica bordada, en una foto de los años 20,tristemente desaparecida, de una belleza y ejecución impecables, con un dibujo de hojarascas y margaritas, muy amplia, de mangas anchas, muy al gusto del XIX, momento en el que a buen seguro fue realizada.

O el clasiquísimo canasto anterior, vendido en 1977 al Sto. Entierro de Carmona, con sus guardabrisas, de líneas rectas pero con bombo, del XIX.
Y qué decir del maravilloso conjunto de palio y manto, fastuosisimo, obra de Ana y Josefa Antúnez estrenado en 1891, inexplicablemente vendido a la hermandad de la Virgen de la Piedad, de la cofradía jerezana del Santo Entierro. Esta hermandad adquirió en 1930 a la sevillana de La O el maravilloso conjunto de palio y manto negros que podemos apreciar en las siguientes fotografías.

En definitiva, no sólo el hecho de que fue una hermandad pudiente, sino con gusto y elegancia. El ejemplo más claro fue que, en una época como la de 1898, con la que aquí se cocía, se permitieron sus nazarenos el lujo de estrenar túnicas de raso romano morado. Ahí es nada.

Por ello, y para muestra este artículo, saber de lo que se habla antes de enjuiciar nada.

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