jueves, 3 de febrero de 2011

"EN EL PATIO CABALLOS" (Artículos de opinión e investigación, por Juan Fernández)


LOS BORDADOS DEL PALIO DEL TRASPASO.

Hoy vamos a conocer algo más sobre la que para mi es una de las obras cumbres de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, el palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, de la popularísima cofradía del Gran Poder.

Es un conjunto algo desconocido para el gran público,ya que pasa desapercibido, quizás por ir detrás de Quien lo hace. Pero como dijo un gran amigo mío y cofrade,irse sin ver ese palio tras pasar el Señor,” es como acudir a ver un Madrid-Barça y marcharte a casa en el descanso.”

El paso de palio en el que procesiona la Santísima Virgen, es una de las más completas obras del diseño de bordado y orfebrería dentro de los de su tipología, de los llamados de cajón, y como el que venía utilizando la Virgen de los Reyes.

Fue ideado íntegramente por Rodríguez Ojeda, quien en 1903, y he aquí el detalle, se inspira en un frontal de altar del s.XVII de la trianera parroquia de Santa Ana, frontal que además le serviría no sólo para esta pieza, sino para esbozar buena parte de su producción como artista.

De su dibujo sale este conjunto de bordados, asi como techo de palio y caídas, que se completan el año siguiente a su estreno con los del manto, la saya de la Virgen del Mayor Dolor y de la túnica y mantolín de San Juan. Su coste fue de 22.000 pesetas.

Curiósamente este palio se borda sobre terciopelo rojo, un color que en cierta medida podría chocar con las tonalidades que más se asemejarían con una hermandad de negro. Sin embargo, Rodríguez Ojeda va a repetir este soporte para sus creaciones en el palio macareno (1908) como para el Calvario (1915). Y ello responde a la idea de que se considera a la Virgen el primer Sagrario de Cristo, por lo que ha de procesionar bajo palio y por ende de tonalidad roja. El color rojo, de carácter sacramental, es relativo a la condición de María como primer tabernáculo del cuerpo de Cristo, presente en ese momento de la Crucifixión en el Monte Calvario.

Pero no acabamos aquí. En el frontal de la bambalina,aparece la característica urna juanmanuelina, un motivo que también aparece en otras obras suyas, tales como los palios de la Hiniesta o La Amargura.

Pues bien, ésta urna parece derivar, junto con la propia traza del dibujo de la caida, de la rejería modernista sevillana de la segunda mitad del XIX. Este nuevo estilo estaba ligado a la burguesía, una burguesía que se refugiaba en la decoración de espacios interiores y exteriores con un cierto toque postromántico, encontrandonos un ejemplo fidelísimo en una preciosa casa particular sita en la calle Francos nº18, cuya balconada es reflejo de la traza de este palio.

Por su parte, el manto, con una hechura de 6x5,5m,se termina de bordar el 6 de marzo en los talleres del propio Juan Manuel, estando su ornamentación basada en un frontal que se conservaba en la Iglesia de Santa Teresa, en Sevilla, así como en otro perteneciente a la Catedral. La cenefa de 10 cm de ancho,era copia de un terno de San Jerónimo, de la parroquia de San Gil.


Pero no sólo es singular el conjunto de bordaduras, sino también su orfebrería. Hay ciertas piezas de ésta que son singulares por tener como referencia piezas antiguas de platería sevillana. Digna de mención es la maravillosa peana rocalla del s.XVIII q inspirara como vimos las andas del Misterio del Desprecio de Herodes de la Hermandad de la Amargura, y que a su vez sirve de trasunto a la gran moldura de plata que enmarca la mesa del paso y da pie a los respiraderos, obra de 1946 de Jorge Ferrer.

Las jarras de los costeros, también cinceladas por Jorge Ferrer en 1938, se inspiran en el cuerpo central de los candeleros o blandones "Gigantes" de la Catedral de Sevilla, obra de Fernando de Ballesteros (1579).

Por su parte, los preciosos faroles de entrevaral,reproducen los dieciochescos de pié pertenecientes a la Hermandad Sacramental de la Magdalena y ejecutados por Blas de Amat.

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