miércoles, 4 de agosto de 2010

XVIII DOMINGO del TIEMPO ORDINARIO


(Ciclo C)

Señor, demasiadas veces confiamos en nuestros sueldos y en nuestros planes de pensiones.
Hoy nos recuerdas que no podemos poner nuestra confianza en las cosas perecederas.
La previsión es buena mientras no nos haga perder de vista que la única seguridad la encontramos en Ti.
El dinero y las posesiones son causa de divisiones familiares.
Danos, Señor, capacidad para relativizar lo material cuando pone en peligro el amor.
Señor, que estos tiempos de crisis nos hagan caer en la cuenta de nuestra fragilidad.
Que aprendamos la lección y atesoremos solidaridad y una gran compasión ante las personas que lo han perdido todo.
Señor, que seamos generosos con nuestro tiempo.
Que lo gastemos con nuestra familia, nuestros amigos y nuestra comunidad.
Que lo gastemos con amor y generosidad, de lo contrario sería desperdiciarlo.



Eclesiastés 1,2; 2,21-23.
Salmo 89.
Colosenses 3, 1-5-9-11.
Lucas 12, 13 - 21.

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