El imaginero onubense Sebastián Santos Rojas, nacido en Higuera de la Sierra, (1895-1977) fue uno de los principales artífices de la imaginería sevillana del siglo XX. Su obra mariana supone un cúlmen en la interpretación de la Madre de Dios. Muchas de sus dolorosas,son aunténticos ejemplos de la mejor imaginería,tomando rasgos del s.XVII, y consideradas joyas y piezas clave de dicha centuria.
Así, coloca siete lágrimas de cristal a sus virgenes, en recuerdo de los siete puñales que traspasaron a María, colocando una entre la boca y la nariz, en la mejilla derecha, en señal de congoja, la boca entreabierta y por ello suspirante,asi como la disposición de la lengua y los dientes queya usara Astorga.
Santos, como es conocido, solia utilizar modelos femeninos para realizar los bustos de su obra mariana,sobretodo mujeres de su familia o cercanas a su persona.Así, para la Inmaculada que actualmente se encuentra en la iglesia de Ronda, posó la hija del Marqués de Villapales, siendo presentada en una exposición mariana en 1950.
Pero tal vez,las dos figuras más representativas que ejercieron como modelos para la producción mariana de Sebastián Santos son dos. De un lado su sobrina Juanita, que figuró para varias dolorosas, destacando entre ellas la Virgen del Socorro de Alcalá (1939), la Virgen de los Dolores del Cerro (1954) y la Santa Marta del misterio de la corporación homónima.
Y de otro lado, Prado Fal, fallecida hace escasas fechas,que posó en el estudio de la calle Santiago para que el insigne autor le esculpiera un busto que resultó luego clave para modelar la cara, los ojos almendrados, la barbilla y esa nariz aguileña tan característica por sus aletas de su obra cumbre,l Virgen de la Concepción del Silencio (1950). El autor se inspiró ya para las manos en las de su hija Pilar, estando presente ella en la primera salida de la Dolorosa.Vean y juzguen ustedes mismos.
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