Existe un interrogante que siempre ha agobiado a los creyentes: ¿Son muchos o pocos los que se salvan?
En ciertas épocas, este problema se hizo tan agudo que sumergió a algunas personas en una angustia terrible.
El Evangelio de este domingo nos informa de que un día se planteó a Jesús este problema:
«Mientras caminaba hacia Jerusalén, uno le dijo: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?"».
La pregunta, como se ve, trata sobre el número, sobre cuántos se salvan: ¿Muchos o pocos? Jesús, en su respuesta, traslada el centro de atención de cuántos se salvan a cómo salvarse, esto es, entrando «por la puerta estrecha».
En ciertas épocas, este problema se hizo tan agudo que sumergió a algunas personas en una angustia terrible.
El Evangelio de este domingo nos informa de que un día se planteó a Jesús este problema:
«Mientras caminaba hacia Jerusalén, uno le dijo: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?"».
La pregunta, como se ve, trata sobre el número, sobre cuántos se salvan: ¿Muchos o pocos? Jesús, en su respuesta, traslada el centro de atención de cuántos se salvan a cómo salvarse, esto es, entrando «por la puerta estrecha».
Isaías 66, 18-21.
Salmo 116.
Hebreos 12, 5-7.11-13.
Lucas 13, 22-30.
Salmo 116.
Hebreos 12, 5-7.11-13.
Lucas 13, 22-30.
No hay comentarios:
Publicar un comentario